Ensayo

Pienso que nunca se sabrá si Israel ha realizado el trabajo en Líbano a petición de Washington o si, al contrario, el gobierno Bush pidió al estimado socio israelí un ensayo general con todo pensando en Irán, pero se da ahora por seguro que se ha tratado de una guerra por delegación, un conflicto americano-israelí en el marco de la guerra contra el eje del mal.

El estratega que debió concebir la operación contra Hezbolá como el ensayo en miniatura de la operación definitiva contra Irán debe estar bastante desconcertado.

La guerra del Líbano ha dejado varias cosas claras: para los israelíes, la imagen de su ejército – elevado a los altares con perfiles míticos – se ha derrumbado en medio de la descoordinación y la ineficacia y su confianza ilimitada ha dejado paso a la crisis política.

Para Washington, el camino por el que debía resolver su competencia de influencia regional con Irán ha desembocado en la frustración y ha llevado al efecto contrario: Siria resurge reforzada e Irán se confirma como un influyente e insoslayable factor regional.

Conclusión: apenas nadie cree, en el ámbito político como en el académico, que la aventura libanesa haya servido para algo, ni siquiera en el frente de la guerra contra el terror. George Bush, en graves dificultades en Irak, se obstina y repite el error.